Cita sobre La psicosis ordinaria, de J.-A. Miller

“Lo que referimos como fenómeno del cuerpo no se presenta de la misma manera según afecte la imagen del cuerpo, la sustancia gozante del cuerpo o lo simbólico del cuerpo. No podemos conservar en todos los casos este concepto único de cuerpo, es algo que no se adapta a la experiencia de la que damos cuenta.”

Miller, J.-A., La psicosis ordinaria, Paidós, Buenos Aires, 2004, p.186-187

Miller ha propuesto, siguiendo a Lacan, que reservemos el nombre de cuerpo a la imagen del cuerpo, carne sería la sustancia gozante y cadáver el cuerpo simbolizado, el corpse, dice Lacan. Es por ello que hay que tener en cuenta los tres registros en los fenómenos de cuerpo: el cuerpo imaginario, la carne como real y el cadáver como simbólico. Esta cita está en el contexto de la discusión sobre la conversión y la neoconversión y el esfuerzo del hablanteser para hacerse con su cuerpo.

En los trabajos de Freud posteriores a 1910, la conversión ya no es el rasgo distintivo de la histeria, sino que es el campo del inconsciente. Lacan subrayará la continuidad entre psíquico y somático, «…en el síntoma- y esto es lo que significa conversión- el deseo es idéntico a la manifestación somática. Si ella es el anverso, él es su reverso.»1Lacan, J., El Seminario 5, Las formaciones del inconsciente, Paidós, Buenos Aires, 1999, p. 344. Pero el desciframiento del inconsciente encuentra un tope, el fuera de sentido del goce. Por ello y para llevar más lejos los análisis, Lacan en su última enseñanza nos orienta hacia lo singular del sinthome, que califica como acontecimiento del cuerpo. No hay una relación normal con el cuerpo, hay interrupciones en esa relación. En la clínica borromea, el cuerpo no existe más que por su goce, es una superficie sobre la que se inscribe el impacto de la lengua.

 

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    Lacan, J., El Seminario 5, Las formaciones del inconsciente, Paidós, Buenos Aires, 1999, p. 344.