Clausura XXI Jornadas de la ELP: Todo el mundo está en su mundo

Finalizan las XXI jornadas de la ELP. Una escuela que inició su andadura en el año 2000. Las jornadas solo han faltado a su cita en una ocasión, el año 2020, por las restricciones sanitarias. La ELP convoca, cada año, a sus miembros, a los socios de sede y a todos los interesados en el psicoanálisis de orientación lacaniana en España a debatir y conocer qué piensa la ELP sobre un tema que nos interesa, en especial, por los interrogantes que nos suscita como practicantes del psicoanálisis hoy. Nos hacemos también acompañar por colegas de las otras escuelas de la AMP y por su presidenta, Christiane Alberti.

Quiero recordar que el trabajo de estas jornadas ha estado precedido por una preparación on line, excelente, y por las reuniones  en las distintas sedes de la Escuela en forma de trabajo bibliográfico, talleres, espacios de enseñanza…

Interrogar, cuestionar, está en el fundamento de nuestra relación con el discurso analítico. Volver sobre lo sabido, ponerlo a prueba en cada cura, cada vez que alguien se dirige a un analista. Poder decirlo, atrapando lo nuevo, intentando atrapar en la sorpresa de la contingencia y en la fijación del síntoma lo que irremediablemente queda por saber. Así cada año clausuramos unas jornadas pero no concluimos.

Este método es el que también ponemos en práctica en la Escuela, en la institución analítica, como decimos, avanzamos en espiral, con orientación, volviendo sobre lo sabido y sabiendo que  lo real, como imposible de saber, precisa para cernir sus bordes, lo que empuja a la apuesta ética de no ceder ante el horror de saber. Hay un único  saber “cierto” no hay relación sexual, no hay armonía posible entre goces.

“Todo el mundo está en su mundo” puede ser una fórmula del discurso en el que los sujetos contemporáneos estamos inmersos. Algo hemos encontrado de nuevo retomando esta fórmula y poniéndola al debate.

Hemos cernido lo que en ella hay de fundamento de la ex-sistencia de cada ser hablante.

Hemos cernido sus modulaciones en los nuevos síntomas que toman los cuerpos y modulan los vínculos posibles cuando, en la época del Otro que no ex-siste, se pone en primer plano la relación al goce, en la que la fijación a un objeto de elección y en el que los derechos toman mas la cara de la reivindicación de la satisfacción a obtener que la del lugar del sujeto en su relación al Otro. Es mas el fuera de discurso, mas el aislamiento, que el vínculo lo que está en primer término, lo que comanda. De ahí que surjan las comunidades de hermanos: hermanados en la reivindicación del acceso al objeto de goce que al goce extraído como tal que no puede hacer relación. No hay mas que signo de que hay ahí un parlêtre. Por otro lado, la recuperación del estatuto del sujeto parece que pasa por los mundos del reconocimiento mutuo como excluidos, como víctimas que hacen comunidad.

“Todo el mundo está en su mundo” nos ha permitido debatir mas allá de la demanda de despatologización generalizada reclamada como derecho democrático. “La reivindicación democrática de una igualdad fundamental de los ciudadanos que se impone y que deconstruye la jerarquía tradicional” (JAM Clausura de las GAVI 2022). Nadie salvo yo mismo tiene un saber sobre mi, diría el sujeto contemporáneo, nadie salvo yo mismo sabe mi bien, nadie puede compartir mi sufrimiento ni mi goce, solo me puedo reconocer con mis iguales, lo que viene del Otro es imposición que rechazo, mi cuerpo dice la única verdad verdadera en mis sentimientos y emociones que si emana de él no pueden engañarme. Eso no impide que si no me gusta o no me reconozco en las sensaciones que percibo de él, mi cuerpo, en tanto que mío tengo derecho a las modificaciones que considere o soporte hasta intentar acomodarlo a mi. Esté es el único campo de alteridad, de pequeña franja de alteridad, que soporta. “El cuerpo siempre levanta campamento” dijo Lacan. El reducción del sujeto al yo y a lo mío lleva tanto al rechazo, del Otro del sujeto ya que se pretende autodeterminado, como de la otredad radical del cuerpo, de su goce, que se pretende poner a su servicio. En el mas de goce a extraer o en la acomodación de la imagen y las sensaciones que se espera reconocer. Por supuesto, los retornos tienen la cara de la ferocidad del rechazo hacía uno mismo y, en colectividad, hacía el diferente. Lacan pronosticó el retorno de la religión, la segregación y el racismo que estamos viendo en distintas formas.

El psicoanálisis recogerá los efectos de este espíritu de los tiempos, Zeitgeist, en cada uno, uno por uno, de los sujetos contemporáneos. Es sobre estos efectos que podrá decir algo, sin juzgar. Decía Lacan “Al hombre emancipado de la sociedad moderna tenemos que acogerlo”. “Abrirle de nuevo la vía de su sentido en una fraternidad discreta en la medida de la cual siempre somos desiguales”. JAM en la clausura de las GAVI del pasado abril añadía que esta fraternidad es ahora reclamada como total, y global. Podemos decir que la singularidad reivindicada es tomada como desigualdad discriminatoria.

El próximo Congreso de la AMP en abril de 2024 con el tema “Todo el mundo es loco”, aforismo que JAM ha sabido recortar de un breve texto de Lacan Para Vincennes de 1978 para darle todo el lugar brújula en la última enseñanza de Lacan nos permitirá dar un paso mas. El próximo mes de julio en Bruxelles, tendremos una estación intermedia en el Encuentro de la EFP, el PIPOL 11, con el tema de “La clínica y la crítica del patriarcado”.

La ELP continúa pues su trabajo epistémico, clínico y político. El próximo año tendremos nuestras XXII Jornadas y una sede de la Escuela que las acogerá.

¡Hasta muy pronto!

Montserrat Puig

6 de noviembre de 2022