Resonancia de Sergio Vila-Sanjuán

Sergio Vila-Sanjuán es periodista y escritor. Coordinador del suplemento Cultura/s de La Vanguardia. Premio Nadal 2013 por la novela “Estaba en el aire” y Premio Nacional de Periodismo Cultural en 2020.

¿Es realmente de ayer el mundo de ayer?

Stefan Zweig publicó su famosa autobiografía El mundo de ayer. Memorias de un europeo en 1942. Se trata de una obra que ha tenido un largo recorrido en España, donde la publicó editorial Juventud en 1968 y la recuperó la editorial Acantilado/Quaderns Crema en 2001, relanzándola con éxito como libro de cultura para las nuevas generaciones. En sus páginas Zweig celebraba la vida europea anterior a la Primera Guerra Mundial, cuando se podía viajar de un país a otro sin pasaporte. Se trata de un texto bello y nostálgico, frente a la angustia del nazismo imperante, al que se ha acusado de embellecer e idealizar un pasado que había sido clasista, sexista y belicista en alto grado. En cualquier caso, la expresión “El mundo de ayer” ha quedado para definir panorámicamente estampas colectivas que cambiaron de forma radical y sabemos que ya nunca volverán a ser como eran, pero cuya evocación nos conforta.

En los últimos tiempos se vuelve a hablar mucho de “El mundo de ayer” para definir un tiempo en que no estábamos sometidos a la información digital permanente y simultaneista, las redes sociales se establecían de viva voz, la medicina tenía un fuerte componente artesanal, los géneros no eran líquidos y el calentamiento global solo descongelaba algunos olvidados icebergs. Porque cunde la sensación de que hemos entrado en otro mundo, otro estadio civilizatorio, un antropoceno de contornos difusos para el que no estábamos preparados. Pero, ¿realmente hemos dejado atrás “el mundo de ayer”? ¿O tendremos que recurrir a otra célebre –y enigmática- expresión, esta de William Faulkner? La que reza: “El pasado no está muerto ni enterrado. De hecho, ni siquiera es pasado”.